lunes, 5 de julio de 2010

Preparada para sufrir

Ya se acercaba la fecha límite y la palabra inducción comenzó a resonar en las últimas consultas con mi obstetra. Pasando la semana cuarenta de gestación, y cercano a la fecha tope que me habían fijado, comenzaron mis contracciones. Para mi sorpresa mi actitud fue de total calma. Era la madrugada, así que cuando note que los dolores eran mas seguidos desperté a mi marido y me fui a bañar. A las tres horas ya estábamos en el sanatorio. Llegue con la dilatación perfecta para recibir anestesia ¡Que alivio! Unas horas mas tarde, y ya sin dolor, Matías fue recibido al mundo en dos pujos. Fue raro. Demasiado rápido. Yo me preparaba mentalmente para un proceso largo y doloroso, y fue todo tan simple y natural que no terminaba de caer en cuentas de que mi bebe ya había nacido.

Me lo apoyaron en mi pecho unos segundos. Nos miramos. Me sentía feliz y no dejaba de sonreír. Pero aun estaba un poco rara. No lograba asimilar del todo la magnitud de lo que estaba sucediendo.

El resto del día fue muy agotador. Apenas nos habíamos visto por primera vez y ya estábamos rodeados de visitas. Después de un largo rato de verlo pasar de brazo en brazo el horario de visita termino. Al fin llego el ansiado momento de estar los tres a solas. Y ahí todo se sintió mas real. Entendí que mi vida había cambiado para siempre. Deje de ser YO para ser un NOSOTROS.


2 comentarios:

  1. Qué lindo cómo lo contaste!!! Es un momento tan mágico el parto de nuestros babies... y a veces no encontramos bien las palabras para transmitir esa magia, pero vos lo lograste a la perfección.

    Bienvenido Matias!!
    Un abrazo grande.
    Julie - Mamá de Nenas.

    ResponderEliminar
  2. Que sensación tan maravillosa, verdad? cuando miras y estrechas en tus brazos a tu bebe por primera vez...

    Acabo de conocer tu blog, que por lo que veo, acaba de empezar. Me ha parecido muy bonito. Animo y sigue contandonos tus experiencias!

    Te invito a que conozcas el mio http://creciendocondavid.blogspot.com/

    Besos.

    ResponderEliminar